PINTOR ANTE EL ASOMBRO



Arsenio Muñoz Martín,
FRANCISCANO.
Reconocerse, pues, siempre a distancia del bien divino, pero siempre su amante, su buscador incansable, ya desde el principio alcanzado por su amorosa flecha, es saberse un hombre, nada más que un hombre, nada menos que un ser elevado por encima del nivel de todos aquellos otros que, aunque llenan a nuestro lado las medidas de la naturaleza, no viven, como nosotros, entre la mera naturaleza y la divinidad, como en un salto dificilísimo fuera del espacio de las cosas y todavía muy por debajo del espacio de Dios. Reconocer los límites de la ciencia natural y los muy diferentes de la moral, es empezar a vivir en la encrucijada extrema, heroica, apasionante, llena de amor auténtico, que es y debe ser el hombre”. Pg. 288-89; De estética y mística, Miguel García- Baró; ed. Sígueme, 2007.

No cito sólo al profesor Miguel García-Baró para adquirir una nota más,  sino como un introductor para entender el mundo del arte, de la pintura, de la hondura que hay entre la creación y la responsabilidad, el saber mirar y la adquisición de una región que despierta en nosotros cuando miramos al mundo, el campo de la estética. Necesitamos el apoyo del pensamiento para mirar los cuadros, el amanecer y todo cuanto acontece. Necesitamos la profundidad.

Arsenio, el pintor, no es sólo pintor. Nacido en La Moraña de Ávila, en los campos que llevaban antes tanto pan y trigo, que se abrían hacia Salamanca,  tiene como lugar de nacimiento Gimialcón. Recuerdos y geografía, iglesia y retablos, imágenes y símbolos en el mismo cirio de Pascua, todo está expuesto y descrito por él mismo. Se ha hecho escritor, investigador, biógrafo de fray Jesús de la Cruz, espiritual y desentrañador de la mística. Todo con una paciencia de restaurador y una dedicación de búsqueda, para que los demás abundemos en ser buscadores y alcanzados por la flecha de la infinita actitud del asombro.

La certidumbre de la sinfonía suprema de la vera religio  se funda en Agustín, como más tarde en Pascal, Soloviev y Newman, no sobre meras intuiciones del corazón y de la conciencia o de la fe, sino sobre una visión de la sintonía, que debe llamarse, en un sentido amplio del término, visión estética, y que funciona, sin embargo, racionalmente y puede hacerse evidente al que purifica los ojos de su espíritu. La doctrina del número jerárquico, cuyo grado más alto está en Dios y constituye el mundo de las ideas del Logos, es la expresión clara de esta convicción.  La sintonía entre Dios y el mundo tiene por fundamento la relación de los números arquetípicos que se presenta en la existencia y en la esencia de toda realidad mundana”. Pg. 139. Gloria una estética teológica. Ed. Encuentro, 1986.

Cito sobre san Agustín la unidad y trinidad en el pensamiento y en el amar. El mismo Hans Urs Von Balthasar sigue con el estudio de san Buenaventura: tres grados en el distanciamiento. Vestigio, imagen, semejanza. ¿Qué se representa en una obra, cuál es el fondo de un itinerario, el final de la imagen y la representación?

Cuando se repasan tantas obras de pintura de Arsenio, se puede quedar en los tejados fáciles, en las calles, en las figuras, en las copias, en tantas exposiciones donde se vendía todo, en el manejo del pincel, la espátula. Hay un pensamiento siempre, una lectura de tratados, de exposiciones del Prado, de autorías de estudio, y un diálogo. Hay más de diálogo y de delicadeza, que de simple estilo en la continuidad de la representación y rechazo por lo abstracto. Hay más que objeto direccional, y sobresale y resplandece la verdad y la belleza en la medida que se dirige a la imagen verdadera. Sería una pintor humilde, conocedor del oficio con más de mil obras, copiando en el Prado, entrando en el estudio, haciendo ejercicio de restauración, y dialogando con catedráticos de arte. No hay que pasar de puntillas, con un me gusta o está según mi modelo, se debe penetrar en el diálogo, “rasgo direccional”. Tenemos una reducción después de crear y contemplar.

Sólo tal mirada y acercamiento gratuito al brillo y decoro de las cosas permiten  acceder al universo divino y acoger la revelación de Dios, traspasando y transpareciendo por él y no en una simple lectura causal, como se hiciera desde los libros Sapienciales hasta Aristóteles y la metafísica clásica, deduciendo de las cosas la causa  o de las creaturas al Creador. Dios es entonces la luz que alumbra la realidad haciéndola  real y transparente. Lo que nos es dado como bello espectáculo reconforta primero, traspone luego, enriquece siempre. Sólo en un segundo momento esa patencia de luz se hará reto de libertad, mostración de estructura y exigencia de acción”. Pg 351, Historia, Hombres, Dios. Olegario González de Cardedal. Ed. Cristiandad, 2005.

Sigue escribiendo Olegario: “el hombre puede vivir sin casi todo; mas no puede vivir sin la belleza, sin aquella esencial de existir en la verdad y de aguardar en la esperanza”. Estaríamos en el porqué se produce esta eclosión de pintura en Arsenio, franciscano. Hay que colocarse en el lugar exacto de la libertad, de la honradez, del arte. Es expresión de visión, de gusto, de conocimiento, de belleza, y de presentación para el momento de manifestar la luminosidad y la atracción. La belleza no es impuesta, sino ofrecida. El artista captó, y ahora la expone delante de los ojos y pensamiento, innovación de nueva presencia y gracia. Y si hay belleza, se impone la verdad.

Podemos ver los bodegones, lo fácil de unas uvas que reflejan la miel de estar maduras; podemos mirar la luz sobre un jardín, una pared, una casa. La luz es tan natural que dice las horas y el lugar. Pintado en compañía de Hilario, maestro, o del primo fray Jesús. Porque en este pintor hay mucho de tradición familiar. A todos se les da bien el pintar, saber respetar la naturaleza, agudizar la universalidad de “todo es bueno” por un alma afinada.

Comenzábamos preguntándonos por la actualidad de los místicos y aludiendo a opiniones que consideran la mística anacrónica en un tiempo como el nuestro de eclipse de Dios y de predominio de una cultura de la ausencia de Dios. Al final de nuestras reflexiones podríamos resumir sus resultados recordando la expresión de Nicolás de Cusa: “Dios es contemporáneo de todos los tiempos”, o las de san Juan de la Cruz: “Siempre el Señor descubrió los tesoros de su sabiduría y espíritu a los mortales, mas ahora que la malicia va descubriendo más su cara, mucho los descubre”. Pg. 245. Mística y humanismo. Juan Martín Velasco. Ed. PPC,  Madrid, 2008.

En el fondo, la corriente mística de este pintor, que hace sus exposiciones en libros, en artículos constantes sobre el arte, en la labor de restauración de tallas y sargas, cuadros y pequeñas cosas, como expositores o andas, es un convencimiento de estar realizando una mística expositiva con su atrevida exposición. Cercano y queriendo llevar a los demás a un realismo que existe más lejos de nosotros mismos y nos configura. Nos queda la expresión y el librar las obras del desastre de las carcomas, de las ignorancias, de las ventas sin valor.

A pesar que las críticas posmodernas y los medios digitales tienen orígenes e historias independientes, constituyen una alianza fuerte y poderosa. Cada una de esas dos fuerzas por separado suscita inquietud a quienes valoramos la verdad, la belleza y la bondad; tomadas en conjunto, desconciertan hasta a los que están más convencidos de ellas.  En este libro defiendo firmemente la importancia o incluso la vitalidad esencial de este trío”. Pg. 20. Verdad, belleza y bondad. La enseñanza de las virtudes en el siglo XXI. Howard Gardner. Ed. Paidós, Barcelona,  2011.

El arte no deja de servirnos en la búsqueda y esencialidad. Ver y admirar. No nos podemos resignar a vivir en un mundo sin arte, sin verdad o belleza, sin espíritu y su expresión, sin la bondad que mana del cuadro humano y natural.

Arsenio ha pintado, ha dibujado, ha hecho bocetos, ha diseñado vidrieras, ha restaurado con M. Prieto, y ha entrado en un estudio profundo de la historia del arte, de los artistas, de sus obras, de los museos. Ha profundizado en la toma de contacto lento y parsimonioso, de restaurador en las telas, en el baño de oro, y el cuadro original o de copia. Está trabajando para una sociedad, transmitiendo unos valores más allá de lo feo o lo bonito, dando sentido a una realidad y existencia, sabiendo del desconcierto actual. “Conviene reconocer las limitaciones de un canon de belleza y, asimismo, de un conjunto de atributos artísticos encabezados por la belleza. La belleza ahora ocupa su lugar junto a otros valores estéticos no menos relevantes”, dice H. Gardner, pg. 31. Al ver esta ingente obra llena de escenas y paisajes, de santos y lugares, la comprensión viene desde la estética como encuentro y necesidad. Puede adornar y embellecer un lugar, además de traer un recuerdo y una técnica.

Aunque la teoría de las inteligencias múltiples es coherente con muchos indicios empíricos, no ha sido sometida a pruebas experimentales serias dentro del ámbito de la psicología. Dentro del área de la educación, actualmente muchos proyectos están examinando las aplicaciones de la teoría. Nuestras ideas deberán revisarse una y otra vez a la luz de la experiencia real del aula. Sin embargo, existen poderosas razones para tener en cuenta la teoría de las inteligencias múltiples así como sus implicaciones en la educación”.  Pg. 59. Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica. Howard Gardner. Ed. Paidós, Barcelona, 2011.

Delante del pintor y la pintura, del escultor y del restaurador, no sólo hay que ver un grado de sensibilidad y armonía, de capacitación de instrumentos o de facilidad en la interpretación. Se pueden apreciar inteligencias múltiples. No todas, no completo, pero sí una visión, y más en la educación, de amplitud de inteligencias. Arsenio, además de pintor, de escritor, es un mecánico arreglando los relojes antiguos, y dedicándose a la instalación de cuadros de electricidad. La mente es múltiple, es capacidad y capacitación. Aunque también posee sus lagunas, sus limitaciones. Por lo mismo, hay que orientar y dejar en libertad, más en el mundo de las artes, cuando puede darse una dirección unívoca para todos. La evaluación, delante de las obras de arte, delante de la enseñanza, debe poseer una gama más amplia, debe buscarse la interacción. Un pintor puede ser un astrónomo, un geólogo, un escalador. Y todo se refleja en el lenguaje y en la obra objetiva de la composición.

La belleza es clave del misterio y llamada a lo trascendente. Es una invitación a gustar la vida y a soñar el futuro. Por eso la belleza de las cosas creadas no puede saciar del todo y suscita esa arcana nostalgia de Dios que un enamorado de la belleza como san Agustín ha sabido interpretar de manera inigualable: ¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé!
Os deseo, artistas del mundo, que vuestros múltiples caminos conduzcan a todos hacia aquel océano infinito de belleza, en el que el asombro se convierte en admiración, embriaguez, gozo indecible”. Carta a los Artistas. Juan Pablo II, Vaticano, 4 de abril de 1999.

Nunca el final es comprar o vender, poseer o asistir a una exposición. Hay una riqueza superior. El mensaje interior que guarda la composición, el cuadro, la pintura, el libro, el lienzo y marco, la composición y la luz. Hay un más.
Con el Vaticano II se lanzo un mensaje: La Iglesia necesita del arte: de los músicos, arquitectos, pintores, escultores, que los temas sean tratados por los artistas de todas las épocas. Hay una correspondencia entre la revelación y el arte, y el mismo Evangelio ha sido un filón de inspiración.

Hay una llamada y una proclamación por los artistas: “os dirijo una llamada a vosotros, artistas de la palabra escrita y oral, del teatro y de la música, de las artes plásticas y de las más modernas tecnologías de la comunicación. Hago una llamada especial a los artistas cristianos”, decía Juan Pablo II, él mismo que participó tanto de las dotes artísticas.

P intor ante el asombro. Arsenio, franciscano, ya con 80 años, en la madurez de la pintura, sigue inspirado e inspirando. Lleva sus últimos años escribiendo y traduciendo una vida para que sea conocida y valorada, desde el arte y la expresión de la humildad, desde todos los ángulos que hicieron la existencia de un “artista a lo divino” con su vida, sirviendo a los pobres y creando relación de amistad. La vida de fray Jesús de la Cruz le está llevando a hacer más cuadros y pintura dialogante.

Hay asombro y entusiasmo.

Mucho de lo que poseen los cuadros ha sido dialogado en el taller, lugar tiempo y trabajo, meditación y lectura, repaso de catálogos y obras de estudio, de diccionarios y monografías, horas fijando la mirada en detalles y horas rehaciendo posturas y miradas. En el diálogo se debe repasar mucho de esta obra, pues así ha sido creada, bajo la mirada de expertos y maestros, del Catedrático Manuel Prieto.


Victorino Terradillos